Millones de personas en México, Estados Unidos y Canadá se sumergieron este lunes 8 de abril de 2024, en la sombra de la Luna para presenciar un eclipse solar total que se pudo apreciar especialmente en el norte de México, el país idóneo para observar el fenómeno astronómico que se produce cuando el satélite natural oculta al Sol visto desde la Tierra y que habrá que esperar para contemplar nuevamente, el año que viene, aunque será parcialmente.
«Hoy este eclipse es realmente histórico para nuestro país. Claro, el fenómeno que vamos a ver hoy es un eclipse total de Sol, eso quiere decir que la Luna se encuentra entre la órbita de la Tierra y el Sol», explicó a EFE Aldo Rodríguez Puebla, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.
El fenómeno astronómico oscureció completamente el norte de México, de Sinaloa a Coahuila, y generó expectativas y emoción entre el numeroso público.
Pero la magnitud del eclipse también se sintió más allá de México, con 650 millones de personas en Estados Unidos y Canadá observándolo parcialmente y 42,8 millones presenciándolo en su totalidad.
Los eclipses son fenómenos raros y excepcionales, ocurren aproximadamente cada 18 años y no siempre en la misma ubicación geográfica.
En contraste, en Nueva York, el eclipse se transformó en una atracción efímera, con eventos de visionado en lugares icónicos y encuentros espontáneos a lo largo de la ciudad.
En Washington D.C., un festival celebró el eclipse con actividades educativas y visuales. La expectativa del evento fue palpable en todo Estados Unidos, con millones de personas maravilladas por la transitoria noche diurna.
Simultáneamente, en Canadá, las cataratas del Niágara se vistieron de oscuridad y festividad. A pesar del clima adverso, miles de personas, como los mexicanos Marco Vera y Silvia Laguna, se unieron en la emoción de la «noche durante el día».
Nicaragua, a pesar de su ubicación geográfica, un poco más apartada de la trayectoria del fenómeno astronómico, también vio el eclipse solar en un 23,2 %.
Las redes de Alerta Sísmica Nicaragua (ASN) ofrecieron observaciones públicas, desmitificando creencias y mitos asociados al eclipse.
Mientras tanto, en las islas Canarias (España), el eclipse parcial fue un regalo para los pocos privilegiados que observaron desde el observatorio del Teide.
Estos eventos celestes, que convergen ciencia y cultura, unieron a los espectadores en el asombro y la celebración, y pusieron de manifiesto la rara belleza de los fenómenos naturales y la pequeñez de la Tierra en medio del vasto Universo.
AGENCIA EFE